Lo primero que debes asumir es que librarse completamente de los microplásticos es imposible. Están en el aire, el agua y casi todo lo que hacemos. Sin embargo, es posible reducir en gran medida la exposición diaria haciendo cambios simples en nuestro estilo de vida.
Estas son algunas de las prácticas que puedes aplicar a tu vida para reducir su exposición. Las hemos clasificado en tres niveles según cuánto estés dispuesto a esforzarte
1. No bebas de botellas de plástico
Sueltan plásticos en el líquido que contienen
Una botella de 1L puede contener hasta 200.000 microplasticos. Este número se incrementa si el liquido se calienta o si la botella se reutiliza.
👉En su lugar, utiliza botellas de acero inoxidable o vidrio y bebe agua del grifo si es posible.
2. No calientes bebidas o alimentos o en envases de plástico
Más calor - más desprendimientos
El plástico, al calentarse, se degrada y suelta partículas.
👉Evita el contacto de bebidas o alimentos calientes con envases de plástico. Sobre todo, no calientes tuppers o botellas de plástico en el microondas.
3. Cuidado con los vasos de "cartón"
Si fueran de cartón se desharían
Los vasos de cartón contienen un recubrimiento interno de plástico que evita que se empapen. Esta fina capa se degrada fácilmente en contacto con calor y es especialmente nociva con bebidas muy calientes, como el café
👉Cuando tomes café, pídelo en un vaso o taza que no sea de plástico o lleva tu propia taza de acero inoxidable
4. Ventila tu casa
Si quieres inhalar menos plásticos
Se calcula que el 33% del polvo doméstico consiste en microplásticos procedentes de la ropa
👉Mantén tu casa ventilada y limpia con trapos húmedos que quiten el polvo.
5. Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados
Más procesos - más contacto - más contaminación
Cintas transportadoras, tubos y envases... Cuanto más procesado esté un alimento, mayor es la probabilidad de microplásticos.
👉Elige cocinar en casa a partir de ingredientes básicos y naturales. Reducirás tu exposición a microplásticos, ahorrarás dinero y mejorarás tu alimentación.
6. Utiliza sal especial
La sal de mesa habitual contiene microplásticos
La sal marina contiene gran cantidad de microplásticos.
👉Utiliza en su lugar sal del Himalaya o sal de manantial subterráneo.
7. Di adiós al Teflón
Si no quieres ingredientes extra en tu comida
Estudios recientes indican que el Teflon, cuando se ralla, puede soltar grandes cantidades de microplásticos a la comida.
👉Opta por sartenes de acero inoxidable o hierro fundido
8. En la cocina, fuera el plástico
Cocinas con plástico - comes plástico
Revisa tu cocina y reduce al máximo el plástico.
👉Sustituye utensilios, tablas de cortar y tuppers por opciones de metal, vidrio o madera. Si compras algo en plástico, pásalo a un recipiente de cristal antes de guardarlo.
9. Las latas no se libran
Metal por fuera - plástico por dentro
Las latas, ya sean de conservas o bebidas enlatadas, contienen habitualmente un recubrimiento interno de plástico para evitar que los alimentos adquieran un sabor metálico.
👉Evita las latas y opta por alimentos a granel y bebidas en cristal.
10. Prioriza ropa de fibras naturales como algodón, lino o lana
Todos los tejidos se acaban descomponiendo
Las telas sintéticas, como el poliéster y el nailon, son una fuente importante de microplásticos, especialmente por el desprendimiento de microfibras durante el lavado y el uso. Estas partículas pueden entrar en nuestro cuerpo a través de la piel, el aire, el agua o los alimentos que consumimos.
11. Reduce al mínimo los envases de plástico, sobre todo en cosas que apliques en tu cuerpo
No solo nos contamina la alimentación
Cremas, pasta de dientes, champú, gel, detergentes... todos estos productos entran en contacto directo con tu cuerpo y muchos de ellos pueden contener microplásticos o liberarlos.
👉Opta por alternativas libres de plásticos. No solo son más respetuosas con el medio ambiente, también mejores para tu salud. Visita nuestra tienda para encontrar alternativas más seguras.
12. Evita las bolsitas de té
Muchas tienen compuestos inesperados para no deshacerse
Muchas bolsitas de té están hechas de plástico, y pueden liberar grandes cantidades de microplásticos al agua caliente.
👉 Elige té a granel o busca bolsitas de papel sin sellado plástico. Un estudio reveló que una sola bolsita puede liberar hasta 11.600 millones de microplásticos y 3.100 millones de nanopartículas.
13. Instala un filtro de agua de alta calidad (ósmosis inversa o carbón activo)
El agua del grifo suele tener menos plásticos que la embotellada... pero tiene
Dependiendo del lugar, el agua del grifo puede contener microplásticos. 👉Filtros de ósmosis inversa y carbón activo son eficaces para eliminar estas partículas, reduciendo significativamente la exposición diaria.
14. Usa un filtro en la lavadora para capturar microfibras plásticas
Atrápame si puedes
Las telas sintéticas liberan microplásticos durante el lavado.
👉Existen filtros externos de lavadora que atrapan las fibras sintéticas.
15. Invierte en un purificador de aire con filtro HEPA
Ventilar está bien, pero filtrar es mejor
Parte de los microplásticos se inhalan por el aire que respiramos en casa.
👉 Invierte en un purificador de aire con filtro HEPA para reducir su presencia y mejorar la calidad del aire respirado
16. Compra alimentos en tiendas a granel
Minimiza la exposición de tu comida
Evita el plástico de los envases y bolsas de supermercado yendo a comercios que ofrezcan alimentos a granel y llevando tus propios envases y bolsas reutilizables.
Uno de los principales problemas de los microplásticos es que actúan como disruptores hormonales, es decir, interfieren con las señales hormonales que utiliza el cuerpo para regular funciones clave. Por ello, su efecto en los seres humanos es especialmente relevante en aquellas etapas de la vida en las que estas señales juegan un papel fundamental:
Gestación
Durante la gestación, las hormonas son cruciales para el desarrollo de las características sexuales diferenciadoras del feto. Algunos estudios relacionan la exposición a microplásticos en esta etapa con una menor diferenciación sexual. En varones, por ejemplo, se ha observado que la presencia de microplásticos durante el embarazo se asocia con una distancia anogenital más corta, lo cual suele ser un indicador de esterilidad y bajo conteo espermático. En mujeres, puede derivar en desequilibrios hormonales, exceso de testosterona o síndrome de ovario poliquístico.
Niñez y pubertad:
Durante estos años, los seres humanos desarrollamos una gran cantidad de cambios físicos y neurológicos regulados por hormonas. La exposición a microplásticos en esta etapa puede alterar el inicio de la pubertad, provocar un desarrollo sexual precoz o retardado, y aumentar el riesgo de trastornos endocrinos a largo plazo. Además, algunos estudios apuntan a posibles efectos en el desarrollo cognitivo y emocional, al interferir con hormonas clave en el desarrollo cerebral.
Es en estas etapas críticas —gestación, niñez y pubertad— cuando se debe extremar la precaución y minimizar la exposición a microplásticos todo lo posible.
Tomar medidas para evitarlos durante estos momentos puede marcar una gran diferencia en el desarrollo y la salud a largo plazo, incluyendo a futuras generaciones.